En enero del 2014 la pagina Death Metal Underground publicó una entrevista al profesor Martin Jacobsen del West Texas A&M University quien diseñó un curso de gramática en base a letras del heavy metal , como se puede leer en la entrevista Jacobsen utilizó el Heavy metal para generar en sus alumnos el interés por la literatura , gracias a una dinámica estructura 50/50 el curso pudo desarrollarse con horas teóricas y auditivas respectivamente llegando a producir debates sobre temas tan importantes como la superioridad artística del «...And Justice for All» o la progresión musical de la primera ola del Black Metal.
El proceso de composición que ideó Stravinski fue delirante y salvajemente cruel, no sólo se escucha influencias claras del folclore ruso, Stravinski añadió a estos arreglos clásicos fuertes disonancias que generaban un impacto profundo a quien las escuchaba, estas disonancias iban acompañadas de poliritmicas imposibles de predecir, causando un estado de flujo constante pero angustioso al mismo tiempo, el primitivismo como expresión de inhumanidad queda reflejado a través de la "Danza del sacrificio", que estuvo minuciosamente representada por el Ballet ruso de Serge Diaghilev, todos estos elementos en suma provocaron un estado de "Shock" para la audiencia neófita de aquel entonces, pero entre el público no solo estaba la oligarquía parisina que expresó su rechazo con violencia, también se encontraban grandes intelectuales y artistas de la época como Pablo Picasso, Marcel Proust y Claude Debussy.
A ojos de Pablo Picasso, "La consagración de la primavera" significó una forma nueva y visceral de representar la realidad, alejándose del establishment impuesto por el arte tradicional para transgredir cualquier marco de referencia que pueda interpretarse como único, la obra de Stravinski había nacido para ser escuchada por quien tuviera los oídos para hacerlo, aquella noche de 1913 fue discordante y desconcertante pero al igual que una obra cubista, representaba una concepción del libre albedrío.
¿Que pasaría si el impacto de esta extraña manifestación artística hubiera sobrevivido por años en el subconsciente de la población o por los menos en un grupo de personas? ¿Acaso este tipo de música atonal podría tener alguna oportunidad en una generación plagada de información superflua y un preocupante déficit de atención?
Para unos muchachos de la clase obrera de Birmingham, el terror de dos guerras mundiales no era un lejano recuerdo que se pretendiera olvidar, por el contrario, la deshumanización de la guerra y la decadencia moral seguían latentes en la psique de la sociedad inglesa, incluso muchos años después de haber finalizado ambos enfrentamientos bélicos, la única opción que podría considerar un joven nacido a finales de los años 40 para sobrevivir era ingresar en la difícil y sombría maquinaria industrial de la postguerra, tan deprimente como el futuro de aquella generación.
La trampa de la modernización resulta ser un arma de doble filo, y no paso mucho tiempo para que este ambiente hostil desplazara a la música pop como vehículo de expresión cultural. Nada habría podido reflejar mejor la decepción de la clase obrera inglesa por la paz, una paz artificial que dejo millares de desempleados en las calles , muchos de ellos mutilados, dementes o nuevos parias sociales.
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